Cuaderno de bitácora

domingo, junio 18, 2006

Perdonen las disculpas

Tenemos esto de capa caída. Éste no pretende ser el típico post de blog, en el que el autor se disculpa por no actualizar. No, no lo es. Se que no podéis vivir sin saber qué comí ayer ni si la cerveza que se bebió el apañero Pablo el viernes estaba bien tirada o no.

Se que las hordas silenciosas que leen esta bitácora se preguntan ahora mismo que qué narices es este mensaje si no es un post de los que comentaba antes. Pues ni idea, pero no es un post de disculpa por no escribir porque no tengo la más mínima intención de pedir perdón. Éste es mi (nuestro) blog y me lo follo escribo cuando quiera. Además, con nuestros PDM particulares tenemos el tiempo ocupado hasta arriba.

Mañana, si eso, comentamos cómo ha perdido España contra Túnez. Pero ahora, de momento, pasamos de escribir nada más.

lunes, junio 12, 2006

Puntualidad

De siempre he sido bastante puntual en mis citas. No es algo maniático, pero en cierta medida se podría decir que prefiero esperar a ser esperado. No me gusta la sensación de llegar tarde cuando he quedado con un grupo de personas (y mucho menos cuando he quedado con sólo una persona).

Pero por otro lado, cuando he leído lo siguiente, más que reirme (que lo he hecho), me ha dado por pensar que si se hiciera esto, me iba a quedar sin amigos muy prontito:

Aunque soy maniáticamente puntual intento comprender a aquellos que no tienen semejante "manía". Al fin y al cabo si lo normal es lo que ocurre más veces, el raro soy yo.

Sin embargo hay ocasiones -y este fin de semana ha sido una de ellas- en que a uno le hubiera gustado pertenecer alguno de los pocos pueblos que a lo largo de la historia fueron capaces de acabar con tan extendida práctica.

Creo que ya lo conté una vez, pero la "idea" merece ser recordada. Los galos tenían una costumbre un tanto "extrema" -pero terriblemente efectiva- para evitar los retrasos. En las grandes asambleas de representantes empleaban una convincente fórmula para que todos estuvieran en su sitio y a su hora y que consistía en matar, sin excepción, al último que llegaba.

Quizá una medida un tanto radical, pero hay que reconocer que desde luego muy, pero que muy, efectiva.


Lo ha escrito el bueno de peluche.

jueves, junio 01, 2006

La evolución del baile

No, no voy a escribir un tratado sobre cómo ha ido modificándose el ritual de cortejo en pistas de baile a lo largo de los tiempos.

Mejor que lo veáis en vídeo: